Los tres tristes tigres ya no comian trigo en un trigal. Ahora eran los tres tristes tigres que comian cerdito en un trigal. Habían cambiado la dieta y ahora eran felices, y también comian perdices. Pero no se daban con el plato en las narices, pues no usaban plato.
Los dos cerditos decidieron cambiar de vecindario, caminaron y caminaron y a Extremadura llegaron. Su piel ya no era rosada pues el sol les había tostado. Vieron a cientos de semejantes y con ellos jugaron y se quedaron. Comian bellotas en un bellotal y sus jamones engordaron.
Y este cuento que parece de nunca acabar, algun día concluirá.
miércoles, 9 de diciembre de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario