miércoles, 21 de noviembre de 2012

Crónica W (024) : "Secuestrando vidas"


16 de NOVIEMBRE de 2012


Trabajador, persona con la edad legal suficiente que presta sus servicios a cambio de una retribución. Si no presta sus servicios de forma voluntaria, se considera esclavitud. Frente a esta definición hoy en día me entran serias dudas de dónde se encuentra el límite entre lo uno y lo otro y hacia dónde quieren encaminarnos ciertos empresarios, en nombre de la competitividad y el mantenimiento de los puestos de trabajo. En nuestra comarca son ya varias empresas que sufren o han sufrido despidos y rebajas considerables de sus condiciones laborales. La última de ellas es Guardian, que tras años y años de sometimiento y de reducciones de derechos, llegando hasta lo absurdo, pretende otra vuelta de tuerca, aludiendo una supuesta bajada de pedidos. Ante todo esto pienso que habrá algún caso real, en el que exista crisis de verdad, pero cuando eso pasa, los trabajadores lo notamos. Lo que no es de recibo, es que se quiera aumentar la jornada laboral y reducir personal, pero produciendo lo mismo o más. Me parece demasiado oportunista y me vienen a la cabeza ciertas preguntas ¿cuánto dinero quieren ganar? ¿Dónde está el límite? Y sobre todo ¿hasta dónde aumentarán la jornada laboral esta vez… y la siguiente…y la siguiente…?

Quisiera recordar que trabajamos para vivir y no vivimos para trabajar. Todos tenemos familia y tenemos derecho a disfrutar de la vida con los nuestros… Tenemos derecho a divertirnos. Quieren disponer de nuestro tiempo libre, quieren secuestrar nuestras vidas, que seamos herramientas, simples objetos a su disposición manejados a su antojo, sin vida, sin aspiraciones, sin más futuro que la dedicación a la empresa. Han conseguido enfrentar a los trabajadores con los parados, convirtiendo el mercado laboral en una especie de subasta, en la cual cada uno puja por ver quién es capaz de realizar un trabajo por menos dinero, todo ello por culpa de la necesidad. Han logrado devaluar a las personas, somos gente sin valor, sin calidad moral, desesperados, sin futuro... No vale con esperar, con sentarse a ver qué sucede. Hay que creer en lo que se hace, y luchar por nuestros derechos, y si al final no sale bien, siempre le quedará a uno dentro que lo ha dado todo y que es fiel a sus convicciones. Todos esos que no luchan, que no reclaman, por miedo a perder su trabajo, que se acomodan viendo cómo otros se exponen, todos esos, postrados a la diestra de sus amos, todos esos, están destinados al sometimiento y a la infelicidad.

Me gustaría despedirme con una reflexión. Nos pasamos la vida esperando a que pase algo maravilloso, y lo único maravilloso que pasa es la vida…

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